Nuta Colors, de inspiración arquitectónica

Marcel Breuer dijo una vez: “Me interesan tanto los detalles como la estructura entera”. Una forma, un punto de vista, un color. Con esta filosofía nació la nueva colección del taburete NUTA, un icono del diseñador Lluís Pau de 1988 al que se le han añadido cuatro colores inspirados en pequeños extractos de grandes esculturas de Barcelona.

El rojo coral de una de las alas de Alexander Calder se transforma y adapta a las formas puras y ligeras del taburete. Igual que el verde del Homenaje a Picasso de Antoni Tàpies o el negro de la sinuosa estructura de Susana Solano. También lo hace el poema visual de Joan Brossa, desmenuzadoen un blanco que en realidad es un gris seda.

Cálida, amable y relajada. Esta nueva paleta nace de la incesante danza entre lo clásico y lo nuevo, entre el vacío y la plenitud. Unos tonos serenos que encajan con la búsqueda de la atemporalidad de Mobles 114. El tiempo no parece haber pasado para NUTA, igual que tampoco lo ha hecho para ninguna de las esculturas en las que se inspira.

Las versiones anteriores de este icónico taburete solían vivir entre cuatro paredes. En cocinas, en bares, en baños. Pero ahora también pueden hacerlo en terrazas y exteriores. Desde que han salido a empaparse del arte de las calles de Barcelona, su pintura está especialmente preparada para que también puedan resistir ahí fuera. El NUTA Colors de Mobles 114 es el claro ejemplo de actualización de un clásico, de la belleza reducida a la esencia y de la fuerte influencia que la cultura puede tener en el diseño. Una pieza totalmente universal que nace tanto de la inspiración como de la producción local.

¿Con cuál te quedas?

Texto: Gemma Cuadrado

Imágenes: Meritxell Arjalaguer

Casa Vicens

La casa es el primer edificio proyectado por Antoni Gaudí despúes de haberse licenciado en 1879 en arquitectura en Barcelona, fue construida entre 1883 y 1888 en el barrio de Gracia de Barcelona.

De marcado estilo orientalista, se puede apreciar ya un estilo que Gaudí desarrolla y evoluciona a lo largo de su carrera. La Casa Vicens fue un encargo de Manuel Vicens i Montaner, propietario de una fábrica de cerámica, y que tenía que ser la residencia  de veraneo de la familia.

Gaudí diseñó los interiores de la casa junto a artesanos como el escultor Llorenç Matamala o el ebanista Eudald Puntí. Para la reja de hierra, hecha a partir de una hoja de palma, contó con la participación del herrero Joan Oñós.

En 2014 la casa fue vendida a una entidad privada que se ocupó de hacer una reforma integral para convertirla en una casa que pudiera ser visitada por el público. Actualmente forma parte de la ruta turística del modernismo de Barcelona. La reforma se encargó al estudio de arquitectura Martínez Lapeña – Elías Torres que pudieron reconstruir, a partir de fotos antiguas, elementos arquitectónicos desaparecidos, así como también eliminar los añadidos arquitectónicos que no eran originales en el proyecto de Gaudí.

Convertida en casa-museo, la Casa Vicens ofrece a sus visitantes una cafetería al final del jardín que permite sentarse tranquilamente y admirar relajadamente una de las maravillas arquitectónicas de la ciudad de Barcelona.

Esta cafetería es de construcción contemporánea y Martínez Lapeña y Elías Torres se inspiran en los colores y formas de la casa original proyectada por Gaudí. Los taburetes Nuta, diseñados por Lluís Pau, forman parte del mobiliario de esta cafetería.