Andreu Carulla x Mobles 114

 

Este verano 2019 Andreu Carulla nos ha hecho la felicitación de verano que cada año Mobles 114 encarga a un artista, diseñador, fotógrafo o ilustrador.

 

Carulla defiende la cultura mediterránea (incluso los sonidos de los grillos, las oliveras y los pinos junto al mar o el olor a romero y lavanda). Un mediterráneo de agua y de sol donde los niños aprovechan en verano para jugar y que a Andreu le ha inspirado esta felicitación de verano.

 

En todos los trabajos de Carulla hay una defensa por lo cercano, lo local que se convierte en universal. Hay una actitud de respeto por la naturaleza, por la artesanía más tradicional, mezclada con la tecnología más avanzada. Esta proximidad también conecta con lo más primitivo, lo más intuitivo.

Los juegos de niños son influencia en su trabajo. Un ejemplo es el Wild Ware Jurassic Cutlery inspirado en los dinosaurios con los que jugaba su hijo a la hora de comer.

 

O el plato facetado diseñado para el Celler de Can Roca que parte de un plato plano que puedes manipular con las manos para darle múltiples formas. En definitiva un juego.

 

Todo tiene un referente espontáneo, resultado de la impresión visual que el entorno proyecta en el diseñador y que él, con una imaginación sorprendente, acaba transformando en objetos honestos y bellos.

Andreu Carulla fundó su estudio en 2016 en Bañolas. Su trabajo se basa en la recuperación de materiales autóctonos, la tradición artesanal y la industrial. Siempre con el compromiso de defender el territorio y la cultura mediterránea. Un entusiasmo contagioso hace que sus proyectos tengan una espontaneidad, no exenta de reflexión.

Hace dos años nos propuso trabajar juntos en un proyecto para la Helsinki Design Week, que diseñaba conjuntamente con Mikko Laakkonen para la residencia de la embajada Española a Helsinki. El resultado fue una colección de mesa y taburete en madera, barro y corcho. Materiales naturales que pertenecen a la tradición nórdica y mediterránea.

 

Totem by Martín Azúa

 

Jugando con la quietud estática de un tótem, el movimiento basculante de un tentetieso y la percusión en un mortero, Martín Azúa ha diseñado este objeto ‘stabile/mobile’ (palabra robada de la obra de Alexander Calder): Tótem.

 

Después de trabajar durante muchos años con Azúa, desde Mobles 114 sabíamos que este diseñador vasco era la persona ideal para diseñar esta pieza. Este reconocido autor tiene la asombrosa capacidad de convertir los materiales con los que trabaja en objetos únicos a través de los cuales las formas y la naturaleza penetran en los espacios que los contienen.

 

Tótem se encargó con la intención de ser exhibida en una de las estanterías Tría expuestas en el stand del Salone del Mobile 2019 en Milán. Se trata de una edición limitada, que se ha fabricado en madera de nogal americano.

 

Pero no es la primera vez que Azúa diseña una pieza de este estilo. A lo largo de su carrera, el diseñador ha dado vueltas a este mismo concepto creando varias versiones de morteros y tótems.

 

De hecho, sería interesante indagar un poco más en esta especie de obsesión que tiene el autor por este tipo de esculturas, y ver por qué se da este continuo retorno hacia el trabajo de esta clase de objetos.

Para la creación de Tótem, Azúa ha diseñado una colección conformada por tres modelos distintos que tienen tanto una función decorativa, como funcional: sirven como morteros para moler especies, pigmentos, vegetales o semillas, entre otras cosas.

 

No es la primera vez que Martín Azúa trabaja para Mobles 114. Durante los últimos años este diseñador afincado en Barcelona ha trabajado para el catálogo de la marca en varias ocasiones, diseñando el taburete Luco o la silla Rambla.

 

Defensor de la artesanía, Azúa se interesa por el trabajo con distintos materiales, respetando siempre sus características y texturas para dar énfasis a su origen.

 

Azúa conserva en sus obras lo sublime de lo natural, destacando sus propiedades, su evolución y sus rasgos. Y con sus diseños, el autor consigue introducir un pellizco de naturaleza al ambiento urbano en el que la mayoría de nosotros estamos sumidos.

 

Su trabajo se caracteriza por la incorporación de la experimentación en el proceso del diseño, participando muchas veces con artesanos o productores, y reivindicando la reflexión social y el respeto hacia la cultura artesanal en sus obras. Porque, según Azúa, ‘la artesanía es una actitud de búsqueda de la calidad’, y esto se refleja en todos los trabajos que realiza el autor.

Las obras del diseñador vasco abarcan varias categorías: ha diseñado desde mobiliario, iluminación, u objetos que cuentan con un lenguaje claramente identificable. Un lenguaje propio, que se proyecta tanto en sus diseños más funcionales, como en los diseños de objetos más abstractos, llenos de poesía, y no exentos de un refinado sentido del humor.

Desde el año 2007 su proyecto “Basic House” forma parte de la colección permanente en el MOMA de Nueva York. Además, también expone varias piezas en la colección del Museo del Diseño de Barcelona y en distintas colecciones públicas y privadas.

Martín Azúa ha sido reconocido por su trabajo con el Premio Ciudad de Barcelona 2000, el Premio Delta de Plata 2007, el Premio FAD de Arquitectura / Efímeros 2008, el Premio Design Plus 2009, el Premio Interiorismo Plus 2009, el Premio AD mejor diseñador del año 2010, el Premio Delta de Plata 2011 / y el Premio a la Mejor Trayectoria Nacional de la Revista Interiores 2015, entre los más destacados.